Anotaciones y Anexos
martes, octubre 07, 2008
"La crisis de Wall Street es para el mercado lo que la caída del muro de Berlín fue para el comunismo"
NATHAN GARDELS 21/09/2008
miércoles, septiembre 03, 2008
Presentación de Airado Verbo
Sol Negro Editores tiene el agrado de invitarle a la presentación del poemario Airado verbo de Juan José Soto.
La presentación estará a cargo de los poetas José Pancorvo, Johnny Barbieri, Rodolfo Ybarra y Víctor Coral.
Modera Paul Guillén, editor de Sol negro editores.
Día: jueves 4 de setiembre de 2008
Hora: 7: 30 p.m.
Lugar: Centro Cultural CAFAE – SE “José María Arguedas”
Av. Arequipa 2985 –San Isidro
INGRESO LIBRE
Agradecemos su difusión
Se invita a los amigos de Juan José Soto a compartir este evento-despedida, antesala de su viaje a Madrid (España) el 8 de septiembre.
La presentación estará a cargo de los poetas José Pancorvo, Johnny Barbieri, Rodolfo Ybarra y Víctor Coral.
Modera Paul Guillén, editor de Sol negro editores.
Día: jueves 4 de setiembre de 2008
Hora: 7: 30 p.m.
Lugar: Centro Cultural CAFAE – SE “José María Arguedas”
Av. Arequipa 2985 –San Isidro
INGRESO LIBRE
Agradecemos su difusión
Se invita a los amigos de Juan José Soto a compartir este evento-despedida, antesala de su viaje a Madrid (España) el 8 de septiembre.
jueves, agosto 28, 2008
Reseña de Lobo Gris
Las milicias paramilitares irrumpieron en Wild Creek, pero no contaban con la vieja leyenda india sobre lobos, ni con el hombre de la CIA.
Una combinación explosiva de thriller político, espionaje y ecología.
Un canto a los lobos y la naturaleza salvaje de las Montañas Rocosas, con raíces en las leyendas indias nativas americanas.
Una historia de amor apasionado y alto voltaje erótico en medio del enfrentamiento entre rancheros y ecologistas.
Unos documentos vitales que desvelan un secreto de la CIA.
Un hombre en busca de justicia. Una mujer en busca del amor y el conocimiento de los lobos.
Una maravillosa historia de amor a la naturaleza y de lealtad a los ideales en circunstancias adversas.
Jason Rovin se refugia en el hogar de su infancia, un rancho en Montana, alejándose de Langley y su vida en la CIA durante los últimos diez años, tras huir con un maletín lleno de documentos clasificados como alto secreto.
Mientras se dirige a Wild Creek, conoce accidentalmente a Catherine Rush, una bióloga que estudia a los lobos de la zona. Los dos inician una buena amistad y colaboran para averiguar el extraño comportamiento de éstos.
Entretanto, empiezan a aparecer misteriosas amenazas de muerte contra la bióloga y el sheriff de la localidad. Jason y Catherine descubren, durante una de sus incursiones en las montañas, la presencia de un campamento de milicias paramilitares, liderado por un terrorista neonazi internacional.
Al tiempo que la presencia de una creciente manada de lobos alarma a todos los rancheros de la zona, los siniestros planes de un banquero local, apuntan hacia una compleja e inquietante trama que llevará las vidas de todos al límite y pondrá a Wild Creek como foco de atención de toda la prensa.
Los documentos secretos que guarda Jason Rovin, se convertirán en claves para la intervención de la CIA y el FBI en el asunto.
Con un argumento que combina acción, aventuras, intriga, y sentimientos de una forma amena y electrizante, diálogos llenos de humor y una narración absorbente, Lobo Gris refleja valores como la amistad, la lealtad, el valor, la libertad, y el amor, a través de unos personajes que ponen de manifiesto lo maravilloso y lo miserable que encierran los seres humanos, y nos transporta a un mundo casi perdido en las montañas Rocosas de Montana.
Una historia mágica sobre lobos, alta política y espionaje, que se mezclan en una novela emocionante de la primera a la última página, con capítulos perfectamente conseguidos que arrancarán emociones encontradas.
El autor nos conduce al mundo de los ranchos en el Oeste americano, con un misterio de fondo que va in crescendo, y la presencia inquietante de unas milicias paramilitares.
Todo un homenaje al mundo del Western americano y sus valores tradicionales, así como un testimonio realista de los entresijos de los Servicios de Inteligencia y el alcance de sus operaciones clandestinas.
Una historia muy visual, en la que podremos descubrir tanto las viejas leyendas indias como la vida interior de un agente de la CIA. Una novela bien escrita, con un ritmo que acelera a medida que pasan las páginas y los personajes se van asomando, con una atmósfera bien recreada, donde transcurre la acción, y con guiños evidentes a la música country.
Novela muy recomendable para los aficionados al thriller político, de espionaje, las historias románticas, y las aventuras ecológicas.
Una combinación explosiva de thriller político, espionaje y ecología.
Un canto a los lobos y la naturaleza salvaje de las Montañas Rocosas, con raíces en las leyendas indias nativas americanas.
Una historia de amor apasionado y alto voltaje erótico en medio del enfrentamiento entre rancheros y ecologistas.
Unos documentos vitales que desvelan un secreto de la CIA.
Un hombre en busca de justicia. Una mujer en busca del amor y el conocimiento de los lobos.
Una maravillosa historia de amor a la naturaleza y de lealtad a los ideales en circunstancias adversas.
Jason Rovin se refugia en el hogar de su infancia, un rancho en Montana, alejándose de Langley y su vida en la CIA durante los últimos diez años, tras huir con un maletín lleno de documentos clasificados como alto secreto.
Mientras se dirige a Wild Creek, conoce accidentalmente a Catherine Rush, una bióloga que estudia a los lobos de la zona. Los dos inician una buena amistad y colaboran para averiguar el extraño comportamiento de éstos.
Entretanto, empiezan a aparecer misteriosas amenazas de muerte contra la bióloga y el sheriff de la localidad. Jason y Catherine descubren, durante una de sus incursiones en las montañas, la presencia de un campamento de milicias paramilitares, liderado por un terrorista neonazi internacional.
Al tiempo que la presencia de una creciente manada de lobos alarma a todos los rancheros de la zona, los siniestros planes de un banquero local, apuntan hacia una compleja e inquietante trama que llevará las vidas de todos al límite y pondrá a Wild Creek como foco de atención de toda la prensa.
Los documentos secretos que guarda Jason Rovin, se convertirán en claves para la intervención de la CIA y el FBI en el asunto.
Con un argumento que combina acción, aventuras, intriga, y sentimientos de una forma amena y electrizante, diálogos llenos de humor y una narración absorbente, Lobo Gris refleja valores como la amistad, la lealtad, el valor, la libertad, y el amor, a través de unos personajes que ponen de manifiesto lo maravilloso y lo miserable que encierran los seres humanos, y nos transporta a un mundo casi perdido en las montañas Rocosas de Montana.
Una historia mágica sobre lobos, alta política y espionaje, que se mezclan en una novela emocionante de la primera a la última página, con capítulos perfectamente conseguidos que arrancarán emociones encontradas.
El autor nos conduce al mundo de los ranchos en el Oeste americano, con un misterio de fondo que va in crescendo, y la presencia inquietante de unas milicias paramilitares.
Todo un homenaje al mundo del Western americano y sus valores tradicionales, así como un testimonio realista de los entresijos de los Servicios de Inteligencia y el alcance de sus operaciones clandestinas.
Una historia muy visual, en la que podremos descubrir tanto las viejas leyendas indias como la vida interior de un agente de la CIA. Una novela bien escrita, con un ritmo que acelera a medida que pasan las páginas y los personajes se van asomando, con una atmósfera bien recreada, donde transcurre la acción, y con guiños evidentes a la música country.
Novela muy recomendable para los aficionados al thriller político, de espionaje, las historias románticas, y las aventuras ecológicas.
lunes, noviembre 05, 2007
Censura o crítica
¿Hay que controlar los blogs donde campea la ofensa? El asunto, para el crítico, refleja por qué el fantasma de la censura cobra cada vez más cuerpo: la paranoia de una sociedad acosada por sus propias contradicciones, derivadas en buena parte de la dificultad de articular los intereses de los particulares con los colectivos.
Para las democracias occidentales, muy en particular aquellas que -como Chile, o España- tienen cerca todavía la sombra de una dictadura, la sola idea de la censura adquiere a menudo el carácter de un tabú. Así ocurre aun cuando, a consecuencia de la llamada "corrección política", el ámbito de lo censurable no deja, por otro lado, de incrementarse. Pues lo cierto es que, como apunta J.M. Coetzee en un libro de 1996 recientemente publicado en español (Contra la censura), de un tiempo a esta parte se ha aflojado el consenso liberal sobre la libertad de expresión que hace apenas unas décadas imperaba entre los intelectuales occidentales. El interculturalismo no ha hecho más que exacerbar las susceptibilidades en lo relativo a cuestiones de religión y de raza; mientras que -con muy distinta fortuna, todo sea dicho- el feminismo ha exacerbado, a su vez, las relativas a los comportamientos entre sexos. Sin duda es en estos dos ámbitos donde el debate sobre la censura ofrece en la actualidad aspectos más acalorados. Pero el debate renace también en esferas menos dramatizadas previamente, como ha ocurrido hace poco en Italia con motivo de la propuesta de ley con la que el Gobierno de Prodi pretendía controlar los blogs. El argumento, en ese caso, era la insistente denuncia de los contenidos difamatorios de algunos blogs: un asunto verdaderamente espinoso, que se dirime en las muy sutiles fronteras jurídicas que separan la ofensa del daño. Por aquí se vislumbra una de las razones por las que el fantasma de la censura viene cobrando cada vez más cuerpo: la tendencia a la paranoia no sólo de unos individuos sino también de una sociedad acosada por sus propias contradicciones, derivadas en buena parte de la dificultad que tiene el neoliberalismo triunfante de articular los intereses de los particulares con los colectivos.
El caso es que, desde una perspectiva social, política, y no sólo cultural, el debate sobre la censura plantea graves interrogantes. No deja de resultar sospechoso que en este campo las posturas más relajadas sean las de los liberales a ultranza. Éstos parecen confiar en la sabiduría reguladora del mercado, cuya lógica absorbe sin dificultad -y sin necesidad de censura- los gérmenes de disidencia que aspiran a transgredirla o a subvertirla. Las agresivas actitudes del feminismo en lo relativo a la pornografía ponen en evidencia la desventaja con que juegan quienes, desde posiciones de sometimiento, pretenden alterar el statu quo. En el citado libro, Coetzee no deja de hacer incisivas observaciones a este respecto, con motivo de replicar a las tesis de Catherine MacKinnon, para quien el problema de la libertad de expresión queda relativizado en la medida en que se trata, previamente, de conceder la palabra a quienes no la tienen. No le falta razón a MacKinnon, y nada cuesta extender sus argumentos a otros terrenos. Pero acierta Coetzee cuando le objeta a MacKinnon que, obsesionada con la industria pornográfica (síntoma, y no causa, de las condiciones de opresión en que transcurre la vida de buena parte de las mujeres del planeta), preste poca atención a la publicidad, que de forma cada vez menos subliminal instrumentaliza la pornografía para sus propios fines. La publicidad, ciertamente, expone en toda su crudeza las relaciones de poder que se amparan en la libertad de expresión, que se revela aquí como "libertad de presión" de unos intereses sobre otros. La sacralización de la libertad de expresión llevada a cabo por el fundamentalismo democrático, garantiza en definitiva la pervivencia de esas relaciones de poder, y la perpetuación de la realidad social que han contribuido a construir.
Así como las feministas se alinean ocasionalmente, en su batalla contra la pornografía, con la "derecha moral", así también, desde algunas posiciones de izquierda, se estima poco menos que inevitable el incremento del control del Estado -de cierta censura, en definitiva- para poner freno a los abusos de la publicidad y las tendencias ideológicas que a través de ella se privilegian y se consolidan. Lo peligroso, en este caso, sería la siempre temible institucionalización de ese control.
En la mencionada propuesta de ley del gobierno de Prodi para el control de los blogs, se sugería que dicho control recayera sobre "periodistas acreditados", que habrían de ejercer el papel de "editores responsables". La iniciativa es indicadora de la orientación de fondo con que se pretende resolver el problema del control sobre la libertad de expresión: generando mecanismos de intervención indirecta que incitan a la autocensura. Se trata de que, previa interiorización de la moral y la legalidad vigentes, la sociedad en su conjunto prevenga por sí misma y condene los excesos de la libertad de expresión. Algo hasta cierto punto razonable si no fuera porque se traduce exclusivamente en presión sobre las actuaciones de las personas singulares, sin que por ello se altere la estructura de influencias y de poderes establecida, más bien lo contrario.
Entretanto, el instrumento más idóneo para la contestación y la autorregulación de los diferentes discursos que genera una sociedad, la crítica, va quedando cada vez más arrinconado. La muy común identificación de censura y crítica, en nombre de un relativismo radical, malentiende muy tendenciosamente el papel que durante cuatro siglos -los que recorre la época moderna- la crítica ha desempeñado. Pero este papel no era otro que el de obviar la censura y hacer efectivo el principio de la libertad de expresión, que sin el concurso de la crítica deviene en simple darwinismo de los eslóganes.
Fuente:
Revista de Libros
Domingo 4 de noviembre de 2007
LA COLUMNA DE IGNACIO ECHEVARRÍA
Censura o crítica
Diario El Mercurio de Chile
http://diario.elmercurio.com/2007/11/04/al_revista_de_libros/revista_de_libros/noticias/AFACD2BC-32E8-4EBE-B88A-912F64FD4CE6.htm?id={AFACD2BC-32E8-4EBE-B88A-912F64FD4CE6}
Para las democracias occidentales, muy en particular aquellas que -como Chile, o España- tienen cerca todavía la sombra de una dictadura, la sola idea de la censura adquiere a menudo el carácter de un tabú. Así ocurre aun cuando, a consecuencia de la llamada "corrección política", el ámbito de lo censurable no deja, por otro lado, de incrementarse. Pues lo cierto es que, como apunta J.M. Coetzee en un libro de 1996 recientemente publicado en español (Contra la censura), de un tiempo a esta parte se ha aflojado el consenso liberal sobre la libertad de expresión que hace apenas unas décadas imperaba entre los intelectuales occidentales. El interculturalismo no ha hecho más que exacerbar las susceptibilidades en lo relativo a cuestiones de religión y de raza; mientras que -con muy distinta fortuna, todo sea dicho- el feminismo ha exacerbado, a su vez, las relativas a los comportamientos entre sexos. Sin duda es en estos dos ámbitos donde el debate sobre la censura ofrece en la actualidad aspectos más acalorados. Pero el debate renace también en esferas menos dramatizadas previamente, como ha ocurrido hace poco en Italia con motivo de la propuesta de ley con la que el Gobierno de Prodi pretendía controlar los blogs. El argumento, en ese caso, era la insistente denuncia de los contenidos difamatorios de algunos blogs: un asunto verdaderamente espinoso, que se dirime en las muy sutiles fronteras jurídicas que separan la ofensa del daño. Por aquí se vislumbra una de las razones por las que el fantasma de la censura viene cobrando cada vez más cuerpo: la tendencia a la paranoia no sólo de unos individuos sino también de una sociedad acosada por sus propias contradicciones, derivadas en buena parte de la dificultad que tiene el neoliberalismo triunfante de articular los intereses de los particulares con los colectivos.
El caso es que, desde una perspectiva social, política, y no sólo cultural, el debate sobre la censura plantea graves interrogantes. No deja de resultar sospechoso que en este campo las posturas más relajadas sean las de los liberales a ultranza. Éstos parecen confiar en la sabiduría reguladora del mercado, cuya lógica absorbe sin dificultad -y sin necesidad de censura- los gérmenes de disidencia que aspiran a transgredirla o a subvertirla. Las agresivas actitudes del feminismo en lo relativo a la pornografía ponen en evidencia la desventaja con que juegan quienes, desde posiciones de sometimiento, pretenden alterar el statu quo. En el citado libro, Coetzee no deja de hacer incisivas observaciones a este respecto, con motivo de replicar a las tesis de Catherine MacKinnon, para quien el problema de la libertad de expresión queda relativizado en la medida en que se trata, previamente, de conceder la palabra a quienes no la tienen. No le falta razón a MacKinnon, y nada cuesta extender sus argumentos a otros terrenos. Pero acierta Coetzee cuando le objeta a MacKinnon que, obsesionada con la industria pornográfica (síntoma, y no causa, de las condiciones de opresión en que transcurre la vida de buena parte de las mujeres del planeta), preste poca atención a la publicidad, que de forma cada vez menos subliminal instrumentaliza la pornografía para sus propios fines. La publicidad, ciertamente, expone en toda su crudeza las relaciones de poder que se amparan en la libertad de expresión, que se revela aquí como "libertad de presión" de unos intereses sobre otros. La sacralización de la libertad de expresión llevada a cabo por el fundamentalismo democrático, garantiza en definitiva la pervivencia de esas relaciones de poder, y la perpetuación de la realidad social que han contribuido a construir.
Así como las feministas se alinean ocasionalmente, en su batalla contra la pornografía, con la "derecha moral", así también, desde algunas posiciones de izquierda, se estima poco menos que inevitable el incremento del control del Estado -de cierta censura, en definitiva- para poner freno a los abusos de la publicidad y las tendencias ideológicas que a través de ella se privilegian y se consolidan. Lo peligroso, en este caso, sería la siempre temible institucionalización de ese control.
En la mencionada propuesta de ley del gobierno de Prodi para el control de los blogs, se sugería que dicho control recayera sobre "periodistas acreditados", que habrían de ejercer el papel de "editores responsables". La iniciativa es indicadora de la orientación de fondo con que se pretende resolver el problema del control sobre la libertad de expresión: generando mecanismos de intervención indirecta que incitan a la autocensura. Se trata de que, previa interiorización de la moral y la legalidad vigentes, la sociedad en su conjunto prevenga por sí misma y condene los excesos de la libertad de expresión. Algo hasta cierto punto razonable si no fuera porque se traduce exclusivamente en presión sobre las actuaciones de las personas singulares, sin que por ello se altere la estructura de influencias y de poderes establecida, más bien lo contrario.
Entretanto, el instrumento más idóneo para la contestación y la autorregulación de los diferentes discursos que genera una sociedad, la crítica, va quedando cada vez más arrinconado. La muy común identificación de censura y crítica, en nombre de un relativismo radical, malentiende muy tendenciosamente el papel que durante cuatro siglos -los que recorre la época moderna- la crítica ha desempeñado. Pero este papel no era otro que el de obviar la censura y hacer efectivo el principio de la libertad de expresión, que sin el concurso de la crítica deviene en simple darwinismo de los eslóganes.
Fuente:
Revista de Libros
Domingo 4 de noviembre de 2007
LA COLUMNA DE IGNACIO ECHEVARRÍA
Censura o crítica
Diario El Mercurio de Chile
http://diario.elmercurio.com/2007/11/04/al_revista_de_libros/revista_de_libros/noticias/AFACD2BC-32E8-4EBE-B88A-912F64FD4CE6.htm?id={AFACD2BC-32E8-4EBE-B88A-912F64FD4CE6}
jueves, enero 12, 2006
El «Evangelio de Judas»
Entrevista al padre Thomas Williams, decano de Teología
ROMA, jueves, 6 abril 2006 (ZENIT.org).- «National Geographic» ha anunciado su intención de publicar una traducción en varios idiomas de un antiguo texto llamado «El Evangelio de Judas» a finales de este mes.
El manuscrito de 31 páginas, escrito en copto, hallado en Ginebra en 1983, no aparece hasta ahora traducido en las lenguas modernas.
Zenit ha pedido al padre Thomas D. Williams L.C., decano de la Facultad de Teología de la Universidad Regina «Apostolorum de Roma», que comente la importancia de este descubrimiento.
--¿Qué es el Evangelio de Judas?
--Padre Williams: Aunque el manuscrito todavía debe ser autentificado, probablemente es un texto del IV o V siglo, una copia de un documento anterior, redactado por la secta gnóstica de los Cainitas.
El documento presenta a Judas Iscariote de manera positiva y le describe obedeciendo a la orden divina de entregar a Jesús a las autoridades para la salvación del mundo.
Puede ser una copia del «Evangelio de Judas» citado por san Ireneo de Lyón en su obra «Contra las herejías», escrita en torno al año 180.
--Si es auténtico, ¿supone algún desafío a la fe de la Iglesia católica? ¿Sacudirá los cimientos del cristianismo, como sugieren algunas notas de prensa?
--Padre Williams: Ciertamente no. Los evangelios gnósticos, hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo.
Desde el momento de su aparición, la comunidad cristiana rechazó estos documentos por su incompatibilidad con la fe cristiana.
El «Evangelio de Judas» sería un documento de este tipo, que tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico, pero no supone ningún desafío para el cristianismo.
--¿Es verdad que la Iglesia ha tratado de encubrir este texto y otros documentos apócrifos?
--Padre Williams: Estos son inventos hechos circular por Dan Brown, el autor de «El Código Da Vinci» y otros autores que apoyan la teoría de la conspiración.
Usted puede ir a cualquier librería católica y obtener una copia de los evangelios gnósticos. Los cristianos no creen que sean verdaderos pero no hay ningún intento de esconderlos.
--Pero, ¿no cree que un documento así pone en tela de juicio las fuentes cristianas, en particular los cuatro evangelios canónicos?
--Padre Williams: Recuerde que el gnosticismo surgió a mediados del siglo II, y el «Evangelio de Judas», si es auténtico, probablemente se remonta a finales del siglo II.
Sería como si yo me pusiera a escribir ahora un texto sobre la Guerra Civil de los Estados Unidos y los presentara como una fuente histórica primaria de esa Guerra. El texto podría no haber sido escrito por un testigo presencial, como en cambio lo son al menos dos de los evangelios canónicos.
--¿Por qué estaban tan interesados en Judas los militantes en el movimiento gnóstico?
--Padre Williams: Una de las mayores diferencias entre las creencias gnósticas y el cristianismo se refiere a los orígenes del mal en el universo.
Los cristianos creen que un Dios bueno creó un mundo bueno, y que por el abuso del libre albedrío, el pecado y la corrupción entraron en el mundo y produjeron desorden y sufrimiento.
Los gnósticos atribuyen a Dios el mal en el mundo y afirman que creó el mundo de un modo desordenado. Por esto, son partidarios de la rehabilitación de figuras del Antiguo Testamento como Caín, que mató a su hermano Abel, y Esaú, el hermano mayor de Jacob, que vendió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas.
Judas entra perfectamente en la visión gnóstica que muestra que Dios quiere el mal del mundo.
--Pero ¿no cree que la traición de Judas fue un elemento necesario del plan de Dios, como sugiere el texto, para que Cristo diera su vida por los hombres?
--Padre Williams: Siendo ominisciente, Dios conoce perfectamente nuestras elecciones tiene en cuenta incluso nuestras decisiones equivocadas en su plan providencial para el mundo.
En su último libro «Memoria e identidad», Juan Pablo II reflexionaba elocuentemente sobre cómo Dios sigue obteniendo bien incluso del peor mal que el hombre pueda producir.
Esto no significa, sin embargo, que Dios desee que hagamos el mal, o que buscaba que Judas traicionara a Jesús. Si no hubiera sido Judas, hubiera sido otro cualquiera. Las autoridades habían decidido que Jesús debía morir y era ya sólo cuestión de tiempo.
--¿Cuál es la posición de la Iglesia respecto a Judas? ¿Es posible «rehabilitarlo»?
--Padre Williams: Si bien la Iglesia católica cuenta con un proceso de canonización por el que declara que algunas personas están en el cielo, como los santos, no prevé un proceso de este tipo para declarar que una persona está condenada.
Históricamente, muchos pensaron que Judas está probablemente en el infierno, debido al severo juicio de Jesús: «Hubiera sido mejor para ese hombre no haber nacido», se puede leer en el Evangelio de Mateo (26, 24). Pero incluso estas palabras no son una evidencia concluyente respecto a su suerte.
En su libro de 1994, «Cruzando el umbral de la esperanza», Juan Pablo II escribió que estas palabras de Jesús «no aluden a la certeza de la condena eterna».
--Pero si hay alguien que merece el infierno, ¿no sería Judas?
--Padre Williams: Seguramente mucha gente merece el infierno, pero debemos recordar que la gracia de Dios es infinitamente más grande que nuestra debilidad.
Pedro y Judas cometieron faltas parecidas: Pedro negó a Jesús tres veces, y Judas lo entregó. Y ahora Pedro es recordado como un santo y Judas simplemente como el traidor.
La principal diferencia entre los dos no es la naturaleza o gravedad de su pecado sino más bien la voluntad de aceptar la gracia de Dios. Pedro lloró sus pecados, volvió con Jesús, y fue perdonado. El Evangelio describe a Judas ahorcándose desesperado.
--¿Por qué está despertando tanto interés el «Evangelio de Judas»?
--Padre Williams: Estas teorías sobre Judas no son ciertamente nuevas. Baste recordar la ópera rock de 1973, «Jesucristo Superstar», en la que Judas canta «Realmente no he venido aquí por mi propia voluntad», o la novela de Taylor Caldwell, de 1977, «Yo, Judas».
El enorme éxito económico de «El Código da Vinci» ha abierto sin duda la caja de Pandora y ha dado incentivos monetarios a teorías de este tipo.
Michael Baigent, autor de «Sangre Santa, Santo Grial», ahora ha escrito el libro «The Jesus Papers» (Los documentos de Jesús) en el que recicla la vieja historia de que Jesús sobrevivió a la crucifixión.
Y un nuevo estudio «científico» recién publicado afirma que las condiciones meteorológicas podrían haber hecho que Jesús caminara sobre un pedazo de hielo flotante en el Mar de Galilea, cuando el Evangelio dice que caminaba sobre el agua.
Básicamente, para quienes rechazan tajantemente la posibilidad de los milagros, cualquier teoría, por extraña que pueda ser, es mejor que las afirmaciones cristianas.
ROMA, jueves, 6 abril 2006 (ZENIT.org).- «National Geographic» ha anunciado su intención de publicar una traducción en varios idiomas de un antiguo texto llamado «El Evangelio de Judas» a finales de este mes.
El manuscrito de 31 páginas, escrito en copto, hallado en Ginebra en 1983, no aparece hasta ahora traducido en las lenguas modernas.
Zenit ha pedido al padre Thomas D. Williams L.C., decano de la Facultad de Teología de la Universidad Regina «Apostolorum de Roma», que comente la importancia de este descubrimiento.
--¿Qué es el Evangelio de Judas?
--Padre Williams: Aunque el manuscrito todavía debe ser autentificado, probablemente es un texto del IV o V siglo, una copia de un documento anterior, redactado por la secta gnóstica de los Cainitas.
El documento presenta a Judas Iscariote de manera positiva y le describe obedeciendo a la orden divina de entregar a Jesús a las autoridades para la salvación del mundo.
Puede ser una copia del «Evangelio de Judas» citado por san Ireneo de Lyón en su obra «Contra las herejías», escrita en torno al año 180.
--Si es auténtico, ¿supone algún desafío a la fe de la Iglesia católica? ¿Sacudirá los cimientos del cristianismo, como sugieren algunas notas de prensa?
--Padre Williams: Ciertamente no. Los evangelios gnósticos, hay muchos más, no son documentos cristianos en sí, ya que proceden de una secta sincretista que incorporó elementos de diferentes religiones, incluyendo el cristianismo.
Desde el momento de su aparición, la comunidad cristiana rechazó estos documentos por su incompatibilidad con la fe cristiana.
El «Evangelio de Judas» sería un documento de este tipo, que tendría gran valor histórico, ya que contribuye a nuestro conocimiento del movimiento gnóstico, pero no supone ningún desafío para el cristianismo.
--¿Es verdad que la Iglesia ha tratado de encubrir este texto y otros documentos apócrifos?
--Padre Williams: Estos son inventos hechos circular por Dan Brown, el autor de «El Código Da Vinci» y otros autores que apoyan la teoría de la conspiración.
Usted puede ir a cualquier librería católica y obtener una copia de los evangelios gnósticos. Los cristianos no creen que sean verdaderos pero no hay ningún intento de esconderlos.
--Pero, ¿no cree que un documento así pone en tela de juicio las fuentes cristianas, en particular los cuatro evangelios canónicos?
--Padre Williams: Recuerde que el gnosticismo surgió a mediados del siglo II, y el «Evangelio de Judas», si es auténtico, probablemente se remonta a finales del siglo II.
Sería como si yo me pusiera a escribir ahora un texto sobre la Guerra Civil de los Estados Unidos y los presentara como una fuente histórica primaria de esa Guerra. El texto podría no haber sido escrito por un testigo presencial, como en cambio lo son al menos dos de los evangelios canónicos.
--¿Por qué estaban tan interesados en Judas los militantes en el movimiento gnóstico?
--Padre Williams: Una de las mayores diferencias entre las creencias gnósticas y el cristianismo se refiere a los orígenes del mal en el universo.
Los cristianos creen que un Dios bueno creó un mundo bueno, y que por el abuso del libre albedrío, el pecado y la corrupción entraron en el mundo y produjeron desorden y sufrimiento.
Los gnósticos atribuyen a Dios el mal en el mundo y afirman que creó el mundo de un modo desordenado. Por esto, son partidarios de la rehabilitación de figuras del Antiguo Testamento como Caín, que mató a su hermano Abel, y Esaú, el hermano mayor de Jacob, que vendió sus derechos de primogenitura por un plato de lentejas.
Judas entra perfectamente en la visión gnóstica que muestra que Dios quiere el mal del mundo.
--Pero ¿no cree que la traición de Judas fue un elemento necesario del plan de Dios, como sugiere el texto, para que Cristo diera su vida por los hombres?
--Padre Williams: Siendo ominisciente, Dios conoce perfectamente nuestras elecciones tiene en cuenta incluso nuestras decisiones equivocadas en su plan providencial para el mundo.
En su último libro «Memoria e identidad», Juan Pablo II reflexionaba elocuentemente sobre cómo Dios sigue obteniendo bien incluso del peor mal que el hombre pueda producir.
Esto no significa, sin embargo, que Dios desee que hagamos el mal, o que buscaba que Judas traicionara a Jesús. Si no hubiera sido Judas, hubiera sido otro cualquiera. Las autoridades habían decidido que Jesús debía morir y era ya sólo cuestión de tiempo.
--¿Cuál es la posición de la Iglesia respecto a Judas? ¿Es posible «rehabilitarlo»?
--Padre Williams: Si bien la Iglesia católica cuenta con un proceso de canonización por el que declara que algunas personas están en el cielo, como los santos, no prevé un proceso de este tipo para declarar que una persona está condenada.
Históricamente, muchos pensaron que Judas está probablemente en el infierno, debido al severo juicio de Jesús: «Hubiera sido mejor para ese hombre no haber nacido», se puede leer en el Evangelio de Mateo (26, 24). Pero incluso estas palabras no son una evidencia concluyente respecto a su suerte.
En su libro de 1994, «Cruzando el umbral de la esperanza», Juan Pablo II escribió que estas palabras de Jesús «no aluden a la certeza de la condena eterna».
--Pero si hay alguien que merece el infierno, ¿no sería Judas?
--Padre Williams: Seguramente mucha gente merece el infierno, pero debemos recordar que la gracia de Dios es infinitamente más grande que nuestra debilidad.
Pedro y Judas cometieron faltas parecidas: Pedro negó a Jesús tres veces, y Judas lo entregó. Y ahora Pedro es recordado como un santo y Judas simplemente como el traidor.
La principal diferencia entre los dos no es la naturaleza o gravedad de su pecado sino más bien la voluntad de aceptar la gracia de Dios. Pedro lloró sus pecados, volvió con Jesús, y fue perdonado. El Evangelio describe a Judas ahorcándose desesperado.
--¿Por qué está despertando tanto interés el «Evangelio de Judas»?
--Padre Williams: Estas teorías sobre Judas no son ciertamente nuevas. Baste recordar la ópera rock de 1973, «Jesucristo Superstar», en la que Judas canta «Realmente no he venido aquí por mi propia voluntad», o la novela de Taylor Caldwell, de 1977, «Yo, Judas».
El enorme éxito económico de «El Código da Vinci» ha abierto sin duda la caja de Pandora y ha dado incentivos monetarios a teorías de este tipo.
Michael Baigent, autor de «Sangre Santa, Santo Grial», ahora ha escrito el libro «The Jesus Papers» (Los documentos de Jesús) en el que recicla la vieja historia de que Jesús sobrevivió a la crucifixión.
Y un nuevo estudio «científico» recién publicado afirma que las condiciones meteorológicas podrían haber hecho que Jesús caminara sobre un pedazo de hielo flotante en el Mar de Galilea, cuando el Evangelio dice que caminaba sobre el agua.
Básicamente, para quienes rechazan tajantemente la posibilidad de los milagros, cualquier teoría, por extraña que pueda ser, es mejor que las afirmaciones cristianas.
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- Martín Palma Melena
- Abogado. Especialización en Comercio Exterior en ADEX (Perú). Magíster en Literatura Hispanoamericana en la PUCP (Perú).. Mi tesis fue sobre Trilce, de César Vallejo. Estudios de Sociología en la Escuela de posgrado de la misma universidad. Más de mí en este otro sitio con mis otras vidas virtuales.